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A little bit more about me//Un poco más acerca de mi

  • Writer: Elena Gonzalez
    Elena Gonzalez
  • Aug 20, 2020
  • 7 min read

Updated: Oct 15, 2020

Hello there! And Welcome to my blog. If you already know me, thank you for coming and supporting me, I hope this blog gives us an opportunity to get to know each other better and learn from each other.


If you don't know me, let me introduce myself. My name, as you might have learned by now, is Elena. I am a Costa Rican who has been living in Massachusetts for the past four years. I am a civil engineer with a MSc in Engineering and Public Policy. The path I've chosen for myself is not a typical one. A civil engineer with education in public policy is not a common career profile. But, as I hope to show in this blog, makes for a very interesting point of view.

I consider myself a STEM person. My favorite classes in school were always math, chemistry, and physics. I am a naturally curious person, and I love sharing my knowledge with others.

For me, there were many signs I should study engineering when I was a kid. I still remember a Scholastic book my mother bought for me when I was in elementary school, it had a drawing of a building with its foundations driving deep into the rocky layer of the ground to make sure the building would be stable. I used to love building makeshift tents for my siblings and I to play in using plastic ponchos. I preferred playing with my brother's Lego over our Barbies. I would build the doll houses for my sister to play with, but then bail on her when it was time to actually play (sorry sis!).


When the time came for me to choose a career, I ended up in civil engineering, although not through a conscious decision. I considered other careers like industrial design and industrial engineering, but as time went on, some decisions became more set in stone, and I chose to stick with civil engineering. I did have an opportunity of switching careers, but by then I had made up my mind, I wanted to be a Civil Engineer.


As part of my university's graduation requirements, I had to complete a number of community service hours. I joined a non-profit organization, called Fundación Acción Joven, whose goal is to reduce student exclusion* in at-risk community high schools. The high school I was sent to was across the river from a slum in the city known as Leon XIII, so many of the students lived there. My job was to engage with the students, tutor them and support them in other extracurricular activities in order to ensure they wouldn't be excluded from the educational system. One morning many students woke up to find out a makeshift bridge they had been using to cross the river had been mysteriously torn down overnight, making their commute upwards of 20 minutes longer, and more expensive because of bus fares. In a matter of a week, about 20 students were robbed of their opportunity of getting an education, because of a bridge many considered non-consequential. This was the first time I became aware of my own privileges, as well as the role of infrastructure in determining a population's multi-factorial inequality (income inequality, wealth inequality, inequality of opportunities, and many others).


I graduated and got my first job right out of the door. I got hired as an entry level assistant engineer in a large public infrastructure project, and to my surprise (and my parent's) I enjoyed every second I had to walk up and down the project supervising activities, scheduling concrete deliveries, and coordinating lab testing and surveying. I received a lot of exposure to people involved in and affected by the project, from the government employees at the national public works department to the abutters affected by the noise and congestion.


In 2016, I got married and moved to Massachusetts with my husband. In 2018, I decided to go back to school, and get my Masters. I wanted to do something that I knew would not have been an option back in Costa Rica, and I found that in Northeastern's MSc in Engineering and Public Policy. I hoped this would help me find a job in public transportation (a love story that I'll tell you about later), but with every class I took I discovered new ways in which Engineering and Public Policy collide, and the importance of good relations, good communication, and good collaboration between engineers and policymakers. I learned a lot about Climate Change, about the hazards and hardships that scientists and experts have foreseen for our future, and how many are concerned about how these new obstacles will be worse on minorities and lower income communities.


A few weeks ago I realized something else about the childhood stories I mentioned at the beginning. I used to think that what they had in common was my joy for building, and the satisfaction of creating something. While this still holds true, I had been missing an important observation: what was driving me to build all of these things were my siblings' needs. It was my care for them that gave my creativity and problem solving skills a purpose to build. What drove me into engineering was not my brain, but my heart.

¡Hola hola! Y bienvenidos a mi blog. Si ya me conoces, gracias por venir y apoyarme, espero que este blog nos dé la oportunidad de conocernos mejor y aprender unos de otros.

Si no me conoces, déjame presentarme. Mi nombre, como ya habrás aprendido, es Elena. Soy una tica que vive en Massachusetts desde hace cuatro años. Soy ingeniera civil y tengo una maestría en ingeniería y política pública. Mi trayectoria no es una muy común. Una ingeniera civil con educación en políticas públicas no es un perfil de carrera común. Pero, como espero mostrar en este blog, es un punto de vista muy interesante.


Siempre me he sentido atraída a las disciplinas STEM (Ciencias, Tecnologia, Ingenieria y matemáticas por sus siglas en inglés). Mis clases favoritas en la escuela fueron siempre las de matemáticas, química y física. Soy una persona naturalmente curiosa, y me encanta compartir mis conocimientos con los demás.


Para mí, hubo muchos momentos en los que supe de que debía estudiar ingeniería cuando era niña. Todavía recuerdo un libro de Scholastic que mi mamá me compró cuando estaba en la escuela primaria, tenía un dibujo de un edificio con sus cimientos clavados profundamente en la capa rocosa del suelo para asegurarse de que el edificio fuera estable. Me encantaba construir tiendas de campaña improvisadas con ponchos de plástico para que mi hermano, mi hermana y yo jugáramos. Prefería jugar con el Lego de mi hermano que con las Barbies de mi hermana y mías. Construía las casas de muñecas para que mi hermana jugara, pero luego la abandonaba cuando estaban listas y llegaba era el momento de jugar de verdad (¡lo siento hermanita!).


Cuando llegó el momento de elegir una carrera, terminé en ingeniería civil, aunque no por una decisión consciente. Consideré otras carreras como diseño industrial e ingeniería industrial, pero a medida que pasaba el tiempo, algunas decisiones se volvieron más finales, y elegí quedarme con ingeniería civil. Tuve oportunidad de cambiarme de carrera en un momento, pero para entonces ya estaba decidida, quería ser ingeniera civil.


Como parte de los requisitos de graduación de mi universidad, tenía que completar una cierta cantidad de horas de servicio comunitario. Me uní a una organización sin fines de lucro, llamada Fundación Acción Joven, cuyo objetivo es reducir la exclusión estudiantil* en los colegios de comunidades de riesgo social. El colegio al que me enviaron estaba en un vecindario que se encuentra al otro lado del rio de un barrio marginal de la ciudad conocido como León XIII, por lo que muchos de los estudiantes viven allí. Mi trabajo era apoyar a los estudiantes, darles tutorías y apoyarlos en otras actividades extracurriculares para asegurar que no fueran excluidos del sistema educativo. Una mañana los estudiantes se despertaron y encontraron que un puente improvisado que habían estado usando para cruzar el río había sido misteriosamente derribado durante la noche, haciendo su viaje al colegio 20 minutos más largo, y más caro por las tarifas de autobús. En cuestión de una semana, unos 20 estudiantes perdieron la oportunidad de completar sus estudios como consecuencia de la demolición de un puente que muchos consideraron intrascendente. Esta fue la primera vez que tomé conciencia de mis privilegios, así como del papel de la infraestructura como determinante en la desigualdad multifactorial de una población (desigualdad de ingresos, desigualdad de riqueza, desigualdad de oportunidades y muchas otras).


Apenas me gradué obtuve mi primer trabajo. Me contrataron como asistente de ingeniería en un proyecto de infraestructura pública, y para mi sorpresa (y la de mis padres) disfruté de cada segundo que estuve en ese proyecto, andando de arriba para abajo del proyecto supervisando actividades, programando entregas de concreto y coordinando pruebas de laboratorio y muestreos. Ahí estuve expuesta a una gran diversidad de personas e involuvrados, desde los empleados del gobierno en el departamento nacional de obras públicas hasta los vecinos del proyecto afectados por el ruido y la congestión.


En el 2016, me casé y me mudé a Massachusetts con mi esposo. En el 2018, decidí volver a estudiar y obtener mi maestría. Quería hacer algo que sabía que no sería una opción en Costa Rica, y encontreé lo que buscaba en la Maestría en Ingeniería y Política Pública de Northeastern. Mi esperanza era que esto me ayudara a encontrar un trabajo en transporte público (una historia de amor de la que les hablaré más adelante), pero con cada clase que tomé descubrí nuevas formas en las que la ingeniería y la política pública interactúan, y la importancia de que ingenieros y politicos tengan buenas relaciones, buena comunicación y buena colaboración. Aprendí mucho sobre el cambio climático, sobre los peligros y las dificultades que los científicos y los expertos han previsto para nuestro futuro, y cómo muchos se preocupan que estos nuevos obstáculos sean peores para las minorías y las comunidades de menores ingresos.


Hace unas semanas me di cuenta de algo más sobre las historias de la infancia que mencioné al principio. Solía pensar que lo que tenían en común era mi alegría por construir, y la satisfacción de crear algo. Aunque esto todavía es cierto, me faltaba una observación importante: lo que me impulsaba a construir todas estas cosas eran las necesidades de mis hermanos. Fue mi cariño y afecto por ellos lo que le dio a mi creatividad y mis habilidades para resolver problemas un propósito para construir. Lo que me llevó a la ingeniería no fue mi cerebro, sino mi corazón.


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*FAJ avoids terms such as "dropping out" and its equivalent in Spanish because it implies that students have a choice in a matter, when in fact, it's the educational system and society as a whole that excludes them by not considering the student population's diverse needs and conditions.

*FAJ evita términos como "deserción estudiantil" porque implica que los estudiantes escogieron abandonar los estudios, cuando en realidad, es el sistema educativo y la sociedad los que generan la exclusión al no tener en cuenta las diversas necesidades y condiciones de la población estudiantil.

 
 
 

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